Los nervios y el estrés son las principales causas del mal aliento o halitosis ocasional: mientras más nervios pasa una persona, peor es su aliento. Esta «enfermedad social», que puede ser ocasional o crónica, se produce mayormente por falta de oxígeno en la boca.
Otras causantes de la halitosis temporaria son: fiebre, dormir durante más de media hora, los fármacos, la quimioterapia, el cigarrillo, el alcohol, la falta de ingesta de alimentos por un período largo de tiempo, no tomar mucho líquido en el día. Las causas son tan variadas que esto explica que todas las personas la padezcan en algún momento del día.
En el caso de la halitosis crónica, en cambio, los desencadenantes están más relacionados con una placa bacteriana que se produce en la lengua y que alberga bacterias anaeróbicas. Estas proliferan en sitios como encías inflamadas, espacios interdentarios, pliegues de la lengua, etc.
Existen también otras causas:
Pueden encontrarse ás videos en el canal de Youtube: https://www.youtube.com/channel/UClJa4wX_wg_WXjSgVTbB92A
Las causas extrínsecas incluyen el tabaco y el alcohol. También ciertas comidas como la cebolla, ajo y ciertos picantes. Las sustancias absorbidas en el sistema circulatorio pueden ser liberadas en el aire expirado del pulmón o en la saliva como compuestos odoríferos volátiles derivados de las comidas.
Las causas intrínsecas son orales y sistémicas. Apenas el 10% de éstos casos tienen origen sistémico (no por el bajo porcentaje se debe ignorar, al contrario). El 90% de estos casos son de origen intraoral.
Usando métodos de espectrometría de masa (para determinar la estructura química de los productos) y cromatografía gaseosa, se identifican varios compuestos sulfurados volátiles incluyendo sulfuro de hidrógeno, metilmercaptano, dimetilmercaptano y dimetil sulfuro. Estos son los principales productos malolientes de la putrefacción bacteriana oral encontrados en el aire exhalado. La intensidad del mal aliento esta asociada con el incremento de los niveles intraorales de éstos compuestos sulfurados volátiles (CSV) en el aire exhalado.
Son producidos primeramente por la acción de las bacterias anaeróbicas orales GRAM negativas en aminoácidos conteniendo sulfuros derivados de peptinas y otros aminoácidos en el fluido crevicular, sangre, células epiteliales descamadas, saliva y comida. Adicionalmente a los CSV otros componentes también pueden estar implicados en el desarrollo del mal olor bucal. Moléculas potencialmente odoríferas son indol, escatol, cadenas cortas carboxílicas ácidas como el ácido butírico y los ácidos valéricos, amoníaco y poliamidas como la putrecina y la cadaverina.
Las papilas foliadas, circunvaladas y filiformes y los surcos creviculares asociados a las glándulas mucosas y tonsilitos amigdalinos incrementan la acumulación de bacterias y células epiteliales exfoliadas mediante el atrapamiento de los elementos descompuestos y retención de sustancias ambos de los cuales favorecen el crecimiento de bacterias anaerobias. Los estudios in vitro sobre organismos anaerobios gram-negativos, han demostrado que muchas especies pueden producir un olor desagradable.
La lengua juega el papel más importante en abrigar a los organismos que contribuyen al mal olor.
También pueden ser responsables del mal olor las condiciones del tracto respiratorio, tonsilitos, secreciones post nasales (causadas por infecciones nasales sinusitis o pólipos), anomalías craneofaciales y varios tipos de infecciones pulmonares como los abscesos anaeróbicos pulmonares, pulmonía necronizante y carcinomas en el tracto respiratorio. El síndrome de Sjögren , secuelas de una terapia radiante contra el cáncer o medicamentos tales como analgésicos, anticolinérgicos o antidepresivos, enfermedades metabólicas como la diabetes, el fetor hepaticus de los pacientes con cirrosis, causado por el sulfuro de dimetilo que se origina en el intestino y es absorbido por el torrente sanguíneo.
Las condiciones respiratorias producen una descomposición de los tejidos que llevan a la producción de CSV no diferentes a aquellos producidos en el mal olor de la cavidad bucal.
Los carcinomas del tracto respiratorio superior, incluyendo la orofaringe, producen ácidos orgánicos mientras que los carcinomas pulmonares pueden producir acetona, metilketona, n-propanol, anilina y o-toluidina. La enfermedad hepática, puede producir una variedad de compuestos aromáticos como el sulfuro de hidrógeno, ácidos alifáticos, metilmercaptano y dimetilsulfuro. La trimetilaminuria es una rara enfermedad metabólica productora de olor con síntomas de disgeusia (perversión del sentido del gusto) y disosmia (perversión del sentido del olfato), los cuales son debido al exceso de producción de dimetilamina. La uremia que es causada por una afección renal también produce trimetilamina junto con la dimetilamina. Adicionalmente los pacientes con diabetes mellitus no controlada pueden emitir aliento cetónico, causado por una disfunción metabólica conduciendo a la producción de acetonas y otras ketonas, por la diversidad de causas tratamos a la halitosis en equipo multidisciplinario consistente en: odontólogo experto en halitosis, estomatología – otorrinolaringología – bacteriología – biología molecular – microbiología – cirugía – periodoncia – endodoncia.
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